November 17, 2009


Agathon, el griego que acabó en Pompeya


Agathon. A Greek Slave in Pompeii, escrito por Katherine Daniels y publicado por Burlington Books dentro de su colección Burlington Activity Readers, es el libro que tenemos este curso en 1ESO. La oferta de títulos no era muy variada —The Borrowers, Tales fron Greek Mythology, Tarzan of the Apes— así que sabiendo que en Ciencias Sociales ven cosas de las antiguas Grecia y Roma, matamos dos pájaros de un tiro.

El libro tiene 51 páginas de las que si descontamos ilustraciones y actividades de comprensión nos quedan 14 míseras páginas de estricta lectura, que se reparten a su vez en 12 capítulos. Nos sale el capítulo a página y 14 palabras.

Agathon es un quinceañero griego que a sus padres les hace poco caso.
  —Agathon, Agathon no te vayas a la barca con Heron— le dice su padre. Y Agathon al revés, a la barca que se sube. Tumbados al sol del Egeo, Agathon y Heron empiezan a filosofar, que si yo prefiero a Sócrates; que si lo que dice Aristóteles tiene más sentido; que tú qué piensas de los sofistas; calla, calla y cuéntame otra vez lo del mito de la caverna...

En estas disquisiciones están cuando se duermen, sube la marea y al despertarse están en medio del mar océano y sin remos. Empiezan los nervios. Menos mal que cuando presas del pánico —las aguas aparecen infestadas de tiburones— están a punto de saltar por la borda, avistan un navío en el horizonte.

Los rescatadores los acogen con alborozo a bordo de su bajel porque, ¡Oh Zeus!, son piratas, traficantes de esclavos que hoy se han encontrado la faena hecha. A los pocos días, como los piratas van mal de comida, Heron muere y es arrojado al mar.

Tras mucho navegar, los piratas y su preciado botín llegan a Tierra firme, Pompeya los espera, donde vacían la bodega de esclavos y los empiezan a colocar entre los patricios de la urbe —urbs, urbis—. Agathon da con sus huesos en un molino de harina donde trabaja de sol a sol empujando la rueda del molino y donde sigue pasando la misma hambre o más que en el barco de los piratas.

Una mañana, Cato, el dueño del molino, se acerca por allí con su hijo Octavio y ven que los esclavos no gozan de buena salud.
  —¿Cómo puede ser esto? Con la de comida que les damos a los esclavos y cada día están todos más enclenques— dice el padre.
  —Oh, nunca bien loado y generoso padre —interviene Octavio— Yo al capataz más de una vez lo he visto comerse los bocadillos de salami con los que tan a menudo obsequiamos a los esclavos.

Una vez deshecho el entuerto y puesto el capataz de la explotación en manos de la justicia, padre e hijo deciden llevarse a Agathon a su Villa Pompeiana y que este se convierta en tutor de Octavio. ¿Por qué este cambio de rumbo en la historia?, pensará el lector llegado este momento. Porque Agathon es el protagonista y no puede estar ocho páginas encerrado en un molino, que los molinos dan poco juego.
"Don't worry," Octavio says. "It's Vesuvius, the volcano. The gods throw bad people in there. Father says that."
Bueno, seguirá pensando el lector, si ahora Agathon está en Villa Pompeiana, come cuando y cuanto quiere, se ha ganado el favor de Cato y se lleva a las mil maravillas con Octavio, al que explica y enseña todo lo relacionado con la escuela de pensamiento helénico, ¿dónde está la emoción?

En la naturaleza. En esos fenómenos incontrolables por el ser humano. En el Vesubio, en las erupciones, en la lava deslizándose colina abajo. En el lujo sepultado bajo las cenizas.
"It's the volcano Vesuvius," he thinks. "The bad people are trying to escape from it again."
Agathon y Octavio están solos en Villa Pompeiana ya que Cato se ha ido de viaje, cuando el Vesubio estalla con fuerza. Los esclavos huyen horrorizados como haría cualquier mortal con dos dedos de frente; y como iba a hacer Agathon hasta que ya en la calle oye el llanto de Octavio que, piensa él, con lo pequeño que es debe de estar atrapado en alguna estancia de la casa.
  —¿Qué hago?—, es la duda que le surge. —¿Vuelvo y lo rescato como pasa en las películas o huyo como una sanguijuela y cada palo que aguante su vela?


El que quiera saber cómo acaba la historia ya sabe lo que tiene que hacer. Si he dicho al principio que son catorce páginas y yo ya he resumido doce... Venga, ¡¡no me seáis vagos!!

ENTRADAS RELACIONADAS:
La primera cagada del curso.
Who is John Filch?.
Bienvenidos al curso 2009 - 2010.
El verdadero final de la Bella Durmiente.
Reyes crueles y reinas rancias.

, , ,

Labels: , ,

Posted @ 18:33 by | Permalink |
Comentarios:
Un pájaro más, quizá alguno se anime después a elegir Cultura Clásica en 3º. Gracias por ese trabajo.
 
Muchas gracias Ana; a ver si llenamos la jaula...
 
Post a Comment



<< Home




Quizá haya algún tesoro / muy dentro de mi entraña. / ¡Quién sabe si yo tengo / diamante en mi montaña / o tan sólo un pequeño pedazo de carbón! / Los árboles del bosque de mi isla / sois vosotros, mis versos.

Salen los niños alegres / de la escuela, / poniendo en el aire tibio / de abril canciones tiernas. / ¡Qué alegría tiene el hondo / silencio de la calleja! / Un silencio hecho pedazos / por risas de plata nueva.


-------------------
Name: SRG
Location: Aragón
De perfil...

pregunta, pregunta

tutorías personalizadas

todas las convocatorias

La foto de la pizarra

entre clases y guardias

últimas clases

en el recreo

cursos anteriores

asignaturas

la inspección educativa

bibliografía recomendada

sala de profesores

el claustro

auxiliares de conversación

material didáctico