January 24, 2009


Dios qué cosa más penosa


A las siete me preparé un té porque me temía que si la obra no era una absoluta maravilla me dormiría; después de tres días madrugando igual no es lo más recomendable ir al teatro a las diez de la noche.

La obra, El burlador de Sevilla, de Tirso de Molina, dirigida por Emilio Hernández; el escenario, el Teatro Principal; y los actores, archiconocidos del gran público.

La trama: Don Juan conoce a Isabela y se la «burla»; don Juan conoce a Tisbea, y se la «burla»; don Juan conoce a doña Ana de Ulloa, y se la «burla» también... Así hasta cuatro veces en dos horas, e igual le da que estén casadas, que estén prometidas, que sean marquesas o que sean duquesas. Don Juan es una máquina de burlar.



Viendo cómo he titulado el asunto ya os podéis hacer una idea de que no me gustó excesivamente el montaje. Lo primero que me llamó la atención negativamente fue el hecho de que todo el mundo llevara un micrófono enganchado a la oreja. Yo entiendo que si uno actúa al aire libre o en la cooperativa de un pueblo pues sí, por lo de la acústica, pero en el Principal... por favor.
Luego parecía que en vez de un clásico de la literatura española estuviéramos o en un musical de Broadway o en una película de Disney; veinte versos, una cancioncilla, una escena, cancioncilla, tres estrofas, canción...
...en Italia 260... ...en Germania 340... ...en Turquía 150... ...y en España...
Igual lo de los micrófonos era por lo de cantar, porque de haber habido apuntador hasta a él le habría tocado afinar. Lo tercero que no me acabó de convencer, el texto. Después de la segunda damisela burlada ya nos hacemos una idea de que a don Juan Tenorio lo que le gusta es burlar, burlar por el mero placer de burlar, sin añadir nigún matiz, por lo que los dos últimos burlamientos para mí sobran, o al menos uno, que dos horas viendo como otros burlan al final se hace pesado. Y la última de las pegas, que van siendo muchas, pero es que lo de los actores famosos televisivos, ya lo siento pero no me acaban de convencer. Fran Perea con su look Melendi tendrá su club de fans; Marina Sanjosé os véis diez minutos de Amar en tiempos revultos y ya me diréis qué os parece; Lluvia Rojo... pues yo no soy asiduo de Cuéntame, pero me temía que en cualquier momento iban a salir a escena Antonio Alcántara y señora; y Jorge Roelas, como un celador del siglo XVII, cuidando de su señor y poniendo la nota de cordura entre tanto desvarío. Así que no es de extrañar que Enrique Arce, al que no conocía de nada, se llevara mis aplausos más efusivos.



Imagino que esperarán vuesas mercedes una frase destacada para no perder la costumbre, hela aquí
¡Qué largo me lo fiáis!
que la repite mucho don Juan y fue con la única que me quedé.



Enlazando con el principio, sí que me dormía en algún momento, pero también he de decir que hubo una escena que me gustó mucho, pero como el final no se puede contar, os quedaréis con la intriga.

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Salen los niños alegres / de la escuela, / poniendo en el aire tibio / de abril canciones tiernas. / ¡Qué alegría tiene el hondo / silencio de la calleja! / Un silencio hecho pedazos / por risas de plata nueva.


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