November 12, 2008


Una historia de fantasmas


El viernes por la tarde, que no sale en el vídeo, me fui al teatro a ver Una historia de fantasmas. Un arrebato de esos que dices llevo todo el día de fiesta, llevo toda la tarde metido en casa, van a ser las 9 de la noche y algo habrá que hacer para que se note el festivo que para esta mierda de día más habría valido tener que trabajar.

— Hola, ¿me das una entrada?
— 12 euros.
— Que soy alumno.
— 8 euros.
— No, que soy alumno de aquí...
— Ah, vale, como has dicho que eras alumno pensaba que eras estudiante. 4 euros.
— Gracias.

Al subir al ambigú, porque en este teatro no hay cafetería pero hay ambigú, miniambigú, la imagen desoladora, desértica, una pareja de abuelos, una pareja de jóvenes, un tipo acodado en la barra por dentro y otro por fuera, y la puerta para acceder a la butacas, cerrada. Prohibido pasar. Pero dentro se oía música y risas, conversaciones, jaleo, cháchara. ¡Qué raro! Faltan cinco minutos para las 9, hora prevista de inicio de la función. ¿Qué hago? ¿Abro la puerta? ¿Será broma lo del cartel? ¿No se lo habrá dejado el personal de limpieza? Esperaremos. Si siempre me he caracterizado por la prudencia, quizá no sea hoy el mejor día para romper las tradiciones, así que a esperar.

Suena la musiqueta como de estación de tren, pim, pim, pim... señoras, señores, faltan cinco minutos para que empiece la representación... Se abre la puerta prohibida, sale Charly y nos rompe las entradas. ¡Qué puntualidad!

Al entrar al patio de butacas, más desolación aún. Los actores ya están en el escenario, a sus cosas, las luces del público están encendidas, ellos se mueven por el escenario, nos miran, se acercan a las butacas, nos van a ver, van a ver que sólo estamos ocho... qué vergüenza. Se apagan las luces de los espectadores y empieza la representación.

Una historia de fantasmas, de Producciones el Zurdo y escrita por José Ramón Fernández, es la historia de cinco personas que están ensayando una obra de teatro, pero que al principio no se nota, porque Gustavo lee el futuro en los posos del café, Roberto le ayuda repartiendo «flyers» cuando no está ayudando a Pedro en el estudio de fotografía de su padre, donde cada año se aparece Silvia y por donde desde hace unos días aparece también Ana, que quiere subir con Pedro al cuarto oscuro para que le enseñe unas fotos, y a revelar y esas cosas, pero Rober la ve y le gusta y Silvia se aparece pero sólo la ve Pedro, aunque en esta última aparición la ha visto también Roberto y se han besado y le ha hecho una foto con el móvil porque ella quería dejarle un mensaje a Pedro, que Pedro las odia porque no tienen calidad, aunque eso sea de talibanes, tío.

Para ponerlo en corto y claro, una historia de amor y ausencias pero que contada como un teatro visto dentro del mismo teatro tiene mucha originalidad y funciona muy bien. Teatro contemporáneo dicen. Metateatro también lo llaman. Y el texto muy bueno, con frases, que es lo que yo buscaba, porque estábamos a viernes noche y no tenía mi frase de la semana, calculadas y filosóficas, con una temática fotográfica muy atractiva.

Resumiendo lo ya resumido. Que iba yo buscando una frase pero me gustó tanto el conjunto desde el primer momento que pasé de frases y desde que se hizo el oscuro disfruté de la obra; y que mi sentido de la vergüenza que a veces se suma a la prudencia que decía antes y entonces la cosa se lía, hizo que en el momento de aplaudir, imagínate ocho personas aplaudiendo, aquello sonaba hueco y no logramos ni un segundo saludo al público, hizo, decía, que se me pasara por la cabeza, aún quedaban sabado y domingo, el volver al teatro, aunque fuera por hacer bulto. Porque cuando uno actúa lo hace con intención de que lo vaya a ver cuanta más gente mejor, digo yo.

Y me dormí.

El sábado no se me había pasado aún la calentura teatral, pero como soy de natural prudente como ya he dicho, me dije, que siempre me ha gustado lo de hablar solo: «Tira, tira, Leonidas... ¿No te das cuenta de que si vas hoy y volvéis a estar ocho te van a reconocer y van a pensar que eres de su club de fans? Sólo te faltaría sentarte en la misma butaca, anormal. Más te valdría irte al Decathlon a comprarte calcetines que los que llevas dan asco de desgastados que están, y de paso entra en el H&M y mírate un jersey, que el marrón ese que te pones todos los días para ir a trabajar, con el roce de la mochila, de la mochila ya no te digo nada que me canso de repetirte las cosas, lleva unos cercos en marrón más claro que vergüenza me daría a mí mirarte, con lo presumido que eres para algunas cosas.» Esto lo que me dicta la prudencia, para que te hagas una idea, la mía, y le hice caso.

Y me volví a dormir.

Pero el domingo... el domingo amanecí con la matraca de tendré que ir al teatro porque las frases aquellas que decían de la fotografía eran muy buenas, y ya es la última oportunidad y cuatro euros no son nada, y no voy a estar todo el domingo en casa siendo que hay teatro, porque otro domingo sí, pero hoy... y en esto estaba pensando mientras paseaba al perro por el parque cuando de repente veo sentados en un banco a dos fantasmas, Silvia, que yo creo que se llamaba Aída, que se murió o la mataron cuando volvía a casa de hacer una prueba para el Ballet Nacional acompañada por Laura, y a su lado, en el banco, no en la prueba del Ballet Nacional, estaba el que tenía cara de llamarse Pedro pero se llamaba Rober, aunque en realidad no sé cómo se llamaba.

Y entonces mi natural prudencia que se alía de nuevo con la vergüenza. Y venga a dar vueltas con el perro paseo arriba paseo abajo. Sí que son ellos sí, pero ¿qué les voy a decir? Me va a resultar más violento a mí que a ellos. Cocotero ven aquí, y me los volvía a mirar por si ya no estaban, vamos a dar otra vuelta, y me los volvía a mirar, tan tranquilos, sentados en un banco, anda que si les digo algo justo cuando se van a besar... ¿serán pareja o qué? Y entonces un perro chucho que se nos acerca y se produce la reacción en cadena. El perro visitante se aleja, Cocotero
estira para perseguirlo y yo, que voy atado al perro y no al revés, salgo empujado o disparado detrás de los dos canes.

Y cuando recupero la compostura y después de volver a mirar por trigésima vez a los fantasmas, me armo de valor y dejo la prudencia a la derecha y la vergüenza a la izquierda y me acerco y les digo:

— Hola.
— Hola.
— Esto... que os ví el otro día en el Teatro de la Estación y quería deciros que me gustó mucho la obra.
— Ah, ¿sí?
— Sí, lástima que sólo estuviéramos ocho personas y tal y cual...

Y allí estuvimos un rato hablando, ellos muy simpáticos, él muy agradable, ella muy guapa y muy agradable, Cocotero deseando irse a olisquear hierbas y estirando yo para que no huyera... pues eso, que me gustó mucho la obra y el texto, pues muchas gracias, porque el viernes no salimos muy convencidos, pues nada, igual esta tarde me paso otra vez a veros, pues nada, gracias a ti...

Y a las ocho de la tarde me fui a gastarme otros cuatro euros y ya estábamos más gente, unos veinticinco y los actores disfrutaron más y el público también... y al final, porque el domingo conseguimos que salieran a saludar tres veces, me pareció ver que el fantasma que tenía cara de llamarse Pedro pero se llamaba Rober me saludaba, como si saludara al técnico, pero hacia mí, aunque igual fue una imaginación mía, los fantasmas ya se sabe que hacen cosas muy raras y son capaces de nublar nuestra percepción de la realidad.

¡Ah!, las frases que iba buscando:
La cámara es un ojo que cuando se abre te roba todos los secretos.
Lo más difícil es defenderse de la mirada de otro.

Y había más, pero no me acuerdo.

ENTRADAS RELACIONADAS:
El arte de Yasmina Reza.
El Hamlet de Juan Diego Botto.
Los McClown en la Expo.
Los músicos del Titanic.

, ,

Labels: , , ,

Posted @ 23:52 by | Permalink |
Comentarios: Post a Comment



<< Home




Quizá haya algún tesoro / muy dentro de mi entraña. / ¡Quién sabe si yo tengo / diamante en mi montaña / o tan sólo un pequeño pedazo de carbón! / Los árboles del bosque de mi isla / sois vosotros, mis versos.

Salen los niños alegres / de la escuela, / poniendo en el aire tibio / de abril canciones tiernas. / ¡Qué alegría tiene el hondo / silencio de la calleja! / Un silencio hecho pedazos / por risas de plata nueva.


-------------------
Name: SRG
Location: Aragón
De perfil...

pregunta, pregunta

tutorías personalizadas

todas las convocatorias

La foto de la pizarra

entre clases y guardias

últimas clases

en el recreo

cursos anteriores

asignaturas

la inspección educativa

bibliografía recomendada

sala de profesores

el claustro

auxiliares de conversación

material didáctico