December 20, 2005
Ningún ejército defiende la paz
Desde el viernes por la tarde me veo obligado a trabajar como una pieza más en el engranaje de la máquina belicista. ¡Qué pena! He acabado convertido en un eslabón más en la cadena represora de la sociedad. Yo, que cuando me cuentan que alguno de mis antiguos compañeros de clase se han metido en la policía local, en la nacional o en el ejército siempre pienso lo mismo... «El que no vale para otra cosa, uniforme, porra y gorra». Por eso, y para quitarme un poco este remordimiento que me oprime, unas recomendaciones: #1 No a la guerra #2 Movimiento de objección de conciencia de Sevilla (una historia del antimilitarismo) #3 Campaña de objeción fiscal a los gastos militares #4 Para convercerse y llevar a cabo el punto 3. Presupuesto del Ministerio de Defensa (483 páginas, formato .pdf, pero con leer la número 10 es suficiente) #5 La siempre útil información de Wikipedia #6 Lo que se puede hacer con el autobús de reclutamiento #7 Insumissia #8 gerrarik ez #9 Uno en inglés, antiwar. #10 Y para acabar una nota de humor firmada por Manolo (y los que se van del bolo) Kabezabolo. Letra, y música (para guitarra).
Quizá haya algún tesoro / muy dentro de mi entraña. / ¡Quién sabe si yo tengo / diamante en mi montaña / o tan sólo un pequeño pedazo de carbón! / Los árboles del bosque de mi isla / sois vosotros, mis versos.
Salen los niños alegres / de la escuela, / poniendo en el aire tibio / de abril canciones tiernas. / ¡Qué alegría tiene el hondo / silencio de la calleja! / Un silencio hecho pedazos / por risas de plata nueva.