December 30, 2005
La Navidad ya no es lo que era
El martes, buscando en Google cómo se escribía correctamente el nombre del capitán Ahab para la entrada que escribí acerca del viento en Zaragoza, llegué a pornoaventuras, un blog que por el nombre ya te indica de qué va. Ya sé que suena a historia barata, pero es verdad; la persona que firma el blog se hace llamar Achab, y yo pensaba que ese era el nombre correcto del capitán, qué le vamos a hacer.
Total, que estuve mirando un poco, débil que es uno, y me encontré que además de lo que os imaginais, desvelaba el misterio que se esconde detrás de uno de los villancicos que más hemos escuchado estos días y en toda nuestra vida, Jingle Bells. La verdad es que es sorprendente. No sólo las canciones de los cantautores tienen mensaje, hasta los villancicos tienen algo que esconder.
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Total, que estuve mirando un poco, débil que es uno, y me encontré que además de lo que os imaginais, desvelaba el misterio que se esconde detrás de uno de los villancicos que más hemos escuchado estos días y en toda nuestra vida, Jingle Bells. La verdad es que es sorprendente. No sólo las canciones de los cantautores tienen mensaje, hasta los villancicos tienen algo que esconder.
Quizá haya algún tesoro / muy dentro de mi entraña. / ¡Quién sabe si yo tengo / diamante en mi montaña / o tan sólo un pequeño pedazo de carbón! / Los árboles del bosque de mi isla / sois vosotros, mis versos.
Salen los niños alegres / de la escuela, / poniendo en el aire tibio / de abril canciones tiernas. / ¡Qué alegría tiene el hondo / silencio de la calleja! / Un silencio hecho pedazos / por risas de plata nueva.