September 19, 2009
La Cena de Los Juglares
Aunque la temporada teatral zaragozana empezó la semana pasada con Días de vino y rosas, con Carmelo Gómez y Silvia Abascal, al estar las entradas bonificadas agotadas, mi temporada teatral empezó el miércoles pasado con La Cena, de Els Joglars.
La Ministra de Medio Ambiente (rural y marino) quiere organizar una cena homenaje para los asistentes a una cumbre medioambiental o algo así, por lo que decide (aconsejada, acompañada y jaleada por sus muchos asesores, directores generales, secretarios y subsecretarios) montar en un Parador Nacional el convite y contratar a un cocinero de fama internacional —el Maestro Rada— que deslumbre a los invitados.
Cocinero y Ministra resultan ser dos personajes paralelos que reflejan a la perfección dos tendencias recientemente comunes a la hora de engañar a la clientela; culinariamente (plato grande, ración pequeña) y políticamente (gobernar según lo que dice la opinión pública o publicada).
La obra, el texto, no es nada del otro mundo, aunque tiene sus giros cómicos y resulta sumamente crítico con el poder, pero los actores, empezando por Ramón Fontseré, pasando por Minnie Marx y acabando por Dolors Tuneu, de lo mejor que he visto nunca encima de un escenario, y la escenografía, los cambios de vestuario, la parte técnica —llevaban malditos micrófonos, pero ni se notaban— perfecta. Todo muy profesional.
Incluso el saludo al acabar la representación fue llamativo.
Teatro, La Cena, Els Joglars
Posted @ 15:46 by |
Permalink |
La Ministra de Medio Ambiente (rural y marino) quiere organizar una cena homenaje para los asistentes a una cumbre medioambiental o algo así, por lo que decide (aconsejada, acompañada y jaleada por sus muchos asesores, directores generales, secretarios y subsecretarios) montar en un Parador Nacional el convite y contratar a un cocinero de fama internacional —el Maestro Rada— que deslumbre a los invitados.
Cocinero y Ministra resultan ser dos personajes paralelos que reflejan a la perfección dos tendencias recientemente comunes a la hora de engañar a la clientela; culinariamente (plato grande, ración pequeña) y políticamente (gobernar según lo que dice la opinión pública o publicada).
La obra, el texto, no es nada del otro mundo, aunque tiene sus giros cómicos y resulta sumamente crítico con el poder, pero los actores, empezando por Ramón Fontseré, pasando por Minnie Marx y acabando por Dolors Tuneu, de lo mejor que he visto nunca encima de un escenario, y la escenografía, los cambios de vestuario, la parte técnica —llevaban malditos micrófonos, pero ni se notaban— perfecta. Todo muy profesional.
Incluso el saludo al acabar la representación fue llamativo.
ENTRADAS RELACIONADAS:
La ruleta rusa de Enric Benavent.
Boris Godunov de la Fura.
Un dios salvaje.
Rain. Como lluvia en tus ojos.
La fierecilla domada.
Teatro, La Cena, Els Joglars
Labels: teatro
Quizá haya algún tesoro / muy dentro de mi entraña. / ¡Quién sabe si yo tengo / diamante en mi montaña / o tan sólo un pequeño pedazo de carbón! / Los árboles del bosque de mi isla / sois vosotros, mis versos.
Salen los niños alegres / de la escuela, / poniendo en el aire tibio / de abril canciones tiernas. / ¡Qué alegría tiene el hondo / silencio de la calleja! / Un silencio hecho pedazos / por risas de plata nueva.