November 17, 2006
Vaya viajecito
Siempre he pensado que viajando se conoce gente, aunque el viaje sea corto, una hora puede dar para mucho. Es lo bueno que tiene el transporte público, puedes enamorarte a primera vista, encontrarte con alguien que resuelve los problemas del universo en cuestión de minutos, oír música sin que sea de tu gusto o conocer a alguien con el que no te tomarías ni un café. O también puedes conocer a, cosa que no deja de ser una suerte, un par de ideólogas de la FAES.
Normalmente, a la segunda curva me duermo, y me suelo despertar cuando faltan dos curvas para llegar a Zaragoza. Y al revés lo mismo, pasamos la rotonda y a dormir, pero al llegar a la altura de Walqa se me abren los ojos. Y en esas estaba hoy cuando de repente he oído...
Y la guinda. Al entrar en el Puente de Santiago, he estado a punto de girarme a ver si me había equivocado y en lugar de las dos abuelas llevaba a Ramón Luis Valcárcel y a Francisco Camps detrás... ¿pero de dónde saca la gente la idea de que el agua que lleva el Ebro al mar se desperdicia?
Menos mal que estábamos en la puerta de casa, que si es un viaje hasta Madrid me pongo malo seguro.
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Normalmente, a la segunda curva me duermo, y me suelo despertar cuando faltan dos curvas para llegar a Zaragoza. Y al revés lo mismo, pasamos la rotonda y a dormir, pero al llegar a la altura de Walqa se me abren los ojos. Y en esas estaba hoy cuando de repente he oído...
No me gusta como se ha desbarajustado todo. Tanta democratización, tanta democratización...Y claro, a uno, que le va la marcha, no le ha costado ni cinco segundos extender la gadget-oreja y conectar la grabadora. Dos abuelicas, casi octogenarias ellas, pero hay que ver que energía para según que cosas. Al llegar a la Academia, más de lo mismo y en la misma línea argumental, que si la estatua para arriba, que si la estatua para abajo...
Y la guinda. Al entrar en el Puente de Santiago, he estado a punto de girarme a ver si me había equivocado y en lugar de las dos abuelas llevaba a Ramón Luis Valcárcel y a Francisco Camps detrás... ¿pero de dónde saca la gente la idea de que el agua que lleva el Ebro al mar se desperdicia?
Menos mal que estábamos en la puerta de casa, que si es un viaje hasta Madrid me pongo malo seguro.
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Quizá haya algún tesoro / muy dentro de mi entraña. / ¡Quién sabe si yo tengo / diamante en mi montaña / o tan sólo un pequeño pedazo de carbón! / Los árboles del bosque de mi isla / sois vosotros, mis versos.
Salen los niños alegres / de la escuela, / poniendo en el aire tibio / de abril canciones tiernas. / ¡Qué alegría tiene el hondo / silencio de la calleja! / Un silencio hecho pedazos / por risas de plata nueva.