December 20, 2005
Habemus soliloquium
No lo puedo evitar, es así, y no me avergüenzo por ello. Siento un miedo irracional, uno de esos clásicos miedos contra los que no se puede hacer nada, un miedo que me atenaza y que no puedo controlar de ninguna de las maneras.
Estas son las dos primeras líneas del monólogo elegido para representar en la segunda quincena del mes de febrero. Pertenece al libro Llámalo Desorden, de Jesús Chamarro Calvo, publicado en Prensas Univesitarias de Zaragoza, y Premio del XIII Concurso Literario Universidad de Zaragoza 2001. Imagino que mañana empezaremos a trabajar algo sobre el monólogo, aunque me lo tendría que haber leído al menos un par de veces cada día, para ir metiéndomelo en la cabeza, pero no lo he hecho.
Quizá haya algún tesoro / muy dentro de mi entraña. / ¡Quién sabe si yo tengo / diamante en mi montaña / o tan sólo un pequeño pedazo de carbón! / Los árboles del bosque de mi isla / sois vosotros, mis versos.
Salen los niños alegres / de la escuela, / poniendo en el aire tibio / de abril canciones tiernas. / ¡Qué alegría tiene el hondo / silencio de la calleja! / Un silencio hecho pedazos / por risas de plata nueva.