September 16, 2008


Maestros de la piqueta


¡Qué vistas más buenas tienes desde tu casa! ¡Vaya panorámica elegante que se ve!

El domingo 14 fui a la Expo con tres misiones que cumplir, misiones poco relevantes se entiende, importantes sólo en el plano personal, no es que me hubieran encomendado salvar al mundo ni desactivar un artefacto explosivo ni nada por el estilo.

La misión 1 era ver la última representación de El Despertar de la Serpiente, un ejercicio de masoquismo puro pues sabía que acabara como acabara, me iba a apenar que terminara. Misión cumplida en los dos aspectos, en el de verla y en el de apenarme.

La misión 2 era comprarme uno de los botijos que vendían en el Pabellón de Aragón, que se me metió entre ceja y ceja el primer día que los vi. A las 11h estaba en la fila, a las 11:40h entraba en el ascensor, me compraba el botijo, y a las 11:45h tras ver un minuto el mini documental de Carlos Saura, salía por la puerta rumbo a la Plaza Expo a ver la cabalgata. Cargado como un animal, que el botijo es pequeño, pero lo meten en una caja de cartón para que no se rompa que entre la mochila, la cámara de fotos, la bolsa con el botijo... parecía Paco Martínez Soria en La ciudad no es para mí. Misión cumplida también.

La misión 3 era averiguar quién había sido la mente pensante que se había discurrido el poema que adornaba el toldo que daba sombra a la Avenida 2008. Lo de «Yo te diluvio, yo te suelo, que ella te oeste, tú me selvas...» Había tenido 92 días para preguntar a voluntarios y resto de personal, pero me parecía un poco freak preguntar estas cosas, qué le vamos a hacer, todo para el último día. Después de encontrarme con la familia «Fleesa» Paracuellos, Jesús, Marta, su pareja de retoños y los abuelos de éstos, y perderme diez valiosos minutos de cabalgata saludando y quedando bien, me acerqué a uno de los quioscos de información a ver si allí sabían algo. ¿Qué toldo?, me dice la mujer... Empezamos bien; le recito las frases que cuelgan del techo y me dice en plan técnico: ¡Ah!, la pérgola... Acabáramos, bueno, pues la pérgola, igual dará. Pues ahora mismo no te puedo dar esa información, no sé si algún compañero mío lo sabrá pero yo no te lo puedo decir. Vale, vale, no se apure, era simple curiosidad. Adiós y gracias. Y me fui corriendo a ver acabar el recorrido de la serpiente. Y del poema de la pérgola nunca más se supo.



Y probablemente, nunca más se sepa. Esta tarde me asomo a la ventana, a la de las vistas espectaculares, y allí a lo lejos, entre las casas, en lo alto, se ven diez arcos de metal desnudos.

El toldo (la pérgola) ya ha desaparecido.

ENTRADAS RELACIONADAS:
Pena.
Día de Japón en la Expo.
Acuario de Zaragoza en la Expo.
Guía de pabellones a visitar en Expo Zaragoza 2008.
10 consejos útiles para visitar la Expo Zaragoza 2008.

,

Labels: , ,

Posted @ 19:56 by | Permalink |
Comentarios: Post a Comment



<< Home




Quizá haya algún tesoro / muy dentro de mi entraña. / ¡Quién sabe si yo tengo / diamante en mi montaña / o tan sólo un pequeño pedazo de carbón! / Los árboles del bosque de mi isla / sois vosotros, mis versos.

Salen los niños alegres / de la escuela, / poniendo en el aire tibio / de abril canciones tiernas. / ¡Qué alegría tiene el hondo / silencio de la calleja! / Un silencio hecho pedazos / por risas de plata nueva.


-------------------
Name: SRG
Location: Aragón
De perfil...

pregunta, pregunta

tutorías personalizadas

todas las convocatorias

La foto de la pizarra

entre clases y guardias

últimas clases

en el recreo

cursos anteriores

asignaturas

la inspección educativa

bibliografía recomendada

sala de profesores

el claustro

auxiliares de conversación

material didáctico