June 04, 2006
Feria del Libro
La semana pasada estuve a punto de cogerme un autobús para presentarme en la de Madrid, para que Manuel Rivas me firmara su último libro. Este fin de semana, aunque estaba firmando Javier Marías ni me lo he planteado. Ya van tres años que la semana anterior a que comience planeo una escapada, pero al final siempre me quedo en casa. Lo dejaré para el año que viene. Además seguro que me pondría malo entre tanto libro y escritor.
Algo parecido me pasó ayer cuando bajé al Paseo de la Independencia a ver las casetas de la Feria del Libro, pero la de Zaragoza. Me asomé a los mostradores y, había tanto donde elegir que al final me volví para casa con la cuarta parte de lo que quería comprarme. La Cena Secreta (edición bolsillo), La Cosa Nostra y Héroes de los dos bandos se me metieron en la bolsa a la fuerza y tuve que traérmelos a casa.
Pude deshacerme, aunque me costó lo mío, de La Tuneladora, La Catedral del Mar, El Profesor y de El Papa Luna, que se me agarró de un bolsillo con los dientes y casi me lo descose, el muy... Después de un rato los convencí de que el fin de semana que viene bajaría a buscarlos, que si subía un revisor al bus y veía que con un billete estábamos viajando tanta gente me iban a meter en un lío. No se quedaron muy convencidos, así que igual el martes tengo que bajar a traerme a alguno. Hubo muchos más que me miraban con ojitos suplicantes, pero en cuanto notaba que su mirada se posaba en mi, yo apartaba los ojos y hacía como que no había visto nada. Qué antipático puedo llegar a ser.
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Algo parecido me pasó ayer cuando bajé al Paseo de la Independencia a ver las casetas de la Feria del Libro, pero la de Zaragoza. Me asomé a los mostradores y, había tanto donde elegir que al final me volví para casa con la cuarta parte de lo que quería comprarme. La Cena Secreta (edición bolsillo), La Cosa Nostra y Héroes de los dos bandos se me metieron en la bolsa a la fuerza y tuve que traérmelos a casa.
Pude deshacerme, aunque me costó lo mío, de La Tuneladora, La Catedral del Mar, El Profesor y de El Papa Luna, que se me agarró de un bolsillo con los dientes y casi me lo descose, el muy... Después de un rato los convencí de que el fin de semana que viene bajaría a buscarlos, que si subía un revisor al bus y veía que con un billete estábamos viajando tanta gente me iban a meter en un lío. No se quedaron muy convencidos, así que igual el martes tengo que bajar a traerme a alguno. Hubo muchos más que me miraban con ojitos suplicantes, pero en cuanto notaba que su mirada se posaba en mi, yo apartaba los ojos y hacía como que no había visto nada. Qué antipático puedo llegar a ser.
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Quizá haya algún tesoro / muy dentro de mi entraña. / ¡Quién sabe si yo tengo / diamante en mi montaña / o tan sólo un pequeño pedazo de carbón! / Los árboles del bosque de mi isla / sois vosotros, mis versos.
Salen los niños alegres / de la escuela, / poniendo en el aire tibio / de abril canciones tiernas. / ¡Qué alegría tiene el hondo / silencio de la calleja! / Un silencio hecho pedazos / por risas de plata nueva.