May 04, 2006
Unas felicitaciones
Hace unos 14 o 15 años, tal día como hoy me habría comprado El Mundo Deportivo y el Sport. Y no sólo un ejemplar de cada uno, hoy me habría comprado dos de cada, uno para leer y otro para la colección. Y mañana, si daban una pegatina, una cinta de vídeo, un pin, o un banderín con la caricatura de los jugadores, me los habría vuelto a comprar, y me habría recorrido todos los kioscos en un radio de 4 o 5 kilómetros. O más. Vivía por y para el FCB.
Hoy, sin embargo, me he comprado El País, y sólo un ejemplar. Los jueves me lo compro siempre pero hoy había doble motivo: Ciberpaís y el especial del trigésimo aniversario. Ahí los tengo, los dos, periódico y libro-revista, apilados en un montón junto al resto de periódicos y revistas que me compro y que no me da tiempo a leer. Pero algún día me jubilaré, y aprovecharé los ratos libres que me dejen mis nietos para leerlos. Y podré decirles, mirad, tengo el periódico del 12 de septiembre de 2001, o el del 15 de marzo de 2004. Me miraran un momento, se miraran luego ellos, y uno saldrá disimuladamente de la habitación para llamar a alguna residencia solicitando plaza para dejarme allí internado.
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Hoy, sin embargo, me he comprado El País, y sólo un ejemplar. Los jueves me lo compro siempre pero hoy había doble motivo: Ciberpaís y el especial del trigésimo aniversario. Ahí los tengo, los dos, periódico y libro-revista, apilados en un montón junto al resto de periódicos y revistas que me compro y que no me da tiempo a leer. Pero algún día me jubilaré, y aprovecharé los ratos libres que me dejen mis nietos para leerlos. Y podré decirles, mirad, tengo el periódico del 12 de septiembre de 2001, o el del 15 de marzo de 2004. Me miraran un momento, se miraran luego ellos, y uno saldrá disimuladamente de la habitación para llamar a alguna residencia solicitando plaza para dejarme allí internado.
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Quizá haya algún tesoro / muy dentro de mi entraña. / ¡Quién sabe si yo tengo / diamante en mi montaña / o tan sólo un pequeño pedazo de carbón! / Los árboles del bosque de mi isla / sois vosotros, mis versos.
Salen los niños alegres / de la escuela, / poniendo en el aire tibio / de abril canciones tiernas. / ¡Qué alegría tiene el hondo / silencio de la calleja! / Un silencio hecho pedazos / por risas de plata nueva.