January 28, 2006
Esta es mi generación
El objeto de esta misiva es la de reivindicar a una generación, la mía, la de todos aquellos que nacimos entre 1970 y 1980 (año arriba, año abajo), la de los que estamos currando de algo que nuestros padres ni podían soñar, la de los que vemos que el piso que compraron nuestros padres, ahora vale 20 o 30 veces más, la de los que estaremos pagando nuestra vivienda hasta los 50 años.Esta mañana he recibido esto en el correo electrónico, y aunque normalmente no soy amigo de reenviar las paridas que me mandan, muchos días ni las abro, esta me ha parecido interesante, y cargada de verdades. Y un poco meláncolico que es uno. Así que aquí la dejo, ya no me hace falta reenviarla.
Nosotros no estuvimos en la Guerra Civil, ni en mayo del 68, ni corrimos delante de los grises, no votamos la Constitución y nuestra memoria histórica comienza con el Mundial de España 82 y el Naranjito. Aunque nacimos en una dictadura, siempre hemos tenido una conciencia democrática y la serie «Cuéntame» nos parece que es una mierda y que hace apología del franquismo. Por no vivir activamente la Transición se nos dice que no tenemos ideales, y sabemos de política más que nuestros padres y de lo que nunca sabrán nuestros hermanos pequeños.
Somos la última generación que hemos aprendido a jugar en la calle a las chapas, la peonza, las canicas, la comba, la goma o el rescate y, a la vez, somos la primera que hemos jugado a videojuegos, hemos ido a parques de atracciones o visto dibujos animados en color. Los Reyes Magos no siempre nos traían lo que pedíamos, pero oíamos (y seguimos oyendo) que lo hemos tenido todo, a pesar de que los que vinieron después de nosotros sí lo tienen realmente y nadie se lo dice.
Se nos ha etiquetado de generación X y tuvimos que tragarnos bodrios como «Historias del Kronen» o «Reality Bites» y creer que éramos nosotros reflejados (si te gustaron en su momento, vuélvelas a ver, verás que chasco).
Lloramos con la muerte de Chanquete, con la puta madre de Marco que no aparecía y con las putadas de la Señorita Rottenmayer; nuestra primera canción del verano «Los Pajaritos» (1981) y nuestra primera tele fue en blanco y negro. Somos una generación que hemos visto a Maradona hacer campaña contra la droga, que nos reímos de un anuncio que decía que si el Madrid era otra vez campeón de Europa, que durante un tiempo tuvimos al baloncesto como el primero de los deportes.
Hemos vestido vaqueros de campana, de pitillo, de pata de elefante y con la costura torcida; nuestro primer chándal era azul marino con franjas blancas en la manga y nuestras primeras zapatillas de marca las tuvimos pasados los 10 años. Entramos al colegio cuando aún existía Castilla la Vieja, cuando el 1 de noviembre era el día de Todos los Santos y no Halloween, cuando todavía se podía repetir curso y el profesor te podía soltar una ostia; fuimos a la universidad con unas notas de corte del copón y con una masificación acojonante, pidiendo prórrogas en la mili y objetando. Somos los primeros en incorporarnos a trabajar a través de una ETT y a los que no les cuesta un duro echarnos del curro.
Siempre nos recuerdan acontecimientos de antes de que naciéramos, como si no hubiéramos vivido nada histórico. Nosotros hemos aprendido lo que era el terrorismo contando chistes de Irene Villa, vimos caer el muro de Berlín y a Boris Yelsin borracho tocarle el culo a una secretaria; los de nuestra generación fueron a la guerra (Bosnia, etc.) cosa que nuestros padres no hicieron; gritamos «OTAN no, bases fuera», sin saber muy bien qué significaba y nos enteramos de golpe un 11 de septiembre.
Aprendimos a programar el video antes que nadie, jugamos con el Spectrum, odiamos a Bill Gates, vimos a Perico Delgado anunciar los primeros móviles y creímos que Internet sería un mundo libre.
Somos la generación de Espinete, Don Pimpón y Chema, el panadero farlopero. Los del incomparable 'Planeador abajo' de «Mazinger Z», los de «Ulises 31» y «Comando G» (que nunca acabó de gustar a nadie).
Somos la generación que fuimos al cine a ver las películas de «Parchís», y que durante años creímos que el de rojo (como quien dice el de en medio de los Chichos) era Enrique Bunbury. Los que crecieron escuchando a «Europe» y a ese grupete de imitadores que les salió, unos tal «Bon Jovi». Los de la explosión del Challenger, la cantada de Arconada, «Los mundos de Yupi» y las pesetas rubias. Nos emocionamos con «Superman», «ET» o «En busca del Arca Perdida». Comíamos «Phosquitos» y los «Tigretones» eran lo mejor, aunque aquello que empezaba (algo llamado «Bollycao») no estaba del todo mal.
Somos la generación que vio a nuestros padres renegar de Felipe González, del 'España mañana será republicana' y pasar del 'OTAN No' al 'OTAN SÍ', los GAL y los contratos basura.
Somos la generación del «Tocata», «La Bola de Cristal» ('solo no puedes, con amigos sí'), el «Follow Me», el hipnótico «Planeta Imaginario», «Los Toreros Muertos», «La Orquesta Mondragón», el abrazafarolas del Butano y el Mississippi de Pepe Navarro con su inimitable Pepelu.
La generación de la quinta del Buitre, de Hugo Sánchez, de Biriukov, Del Corral, Corbalán, Romay y que nos traumatizamos con las muertes de Fernando Martín y Petrovic (¿quién coño juega hoy en el Madrid de baloncesto?).
El 600 era el utilitario normal, el 124 un coche familiar y el 131 una berlina de lujo. El 23F nos pareció un buen día porque no hubo clase y ponían películas por la tele. Nuestro grito de guerra fue 'Tigres, tigres, leones, leones, todos quieren ser los campeones". La generación a la que le entra la risa floja cada vez que tratan de vendernos que España es favorita para un Mundial.
La última generación de las litronas y los porros, y qué coño, la última generación cuerda que ha habido...
Quizá haya algún tesoro / muy dentro de mi entraña. / ¡Quién sabe si yo tengo / diamante en mi montaña / o tan sólo un pequeño pedazo de carbón! / Los árboles del bosque de mi isla / sois vosotros, mis versos.
Salen los niños alegres / de la escuela, / poniendo en el aire tibio / de abril canciones tiernas. / ¡Qué alegría tiene el hondo / silencio de la calleja! / Un silencio hecho pedazos / por risas de plata nueva.