April 04, 2006
Cuatro de treinta y otras cosas
Por fin un libro leído por placer.
¡Y cómo resuena la voz en un aula vacía!
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Una vez me dijo que mi hipertensión era autoinducida, que yo quería estar enferma.Dirección Noche, de Cristina Grande, un libro de relatos que aunque al principio no me gustaba mucho, quizá influido por el buen sabor de boca que me dejó La Novia Parapente, su anterior libro, y porque no estaba del mejor humor para leer nada, pero que ha terminado gustándome bastante, sobre todo los dos últimos relatos que me he leído hoy, y algún párrafo, frase suelta o expresión que había leído antes.
Tengo treinta y ocho años. Quince arriba, quince abajo, mis dos amantes se llevan treinta años. Yo soy un puente entre ellos.En clase todo sigue igual, pocas ganas de trabajar por parte de los alumnos, esta semana de la basura en la que todos estamos pensando en las vacaciones está siendo un poco rara. Hoy uno de mis grupos de 1ESO se ha ido de excursión a Andorra, a ver un yacimiento arqueológico y una mina, creo. Todos menos una, y es que hay gente para todo. Yo que me las prometía tan felices ayer pensando que iba a tener dos horas seguidas libres a mitad de mañana y al final me ha tocado hacer de profesor particular... Pero ha estado bien, puede que haya aprendido más hoy en una hora que en un par de semanas rodeada de veintitantos terremotos más.
¡Y cómo resuena la voz en un aula vacía!
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Quizá haya algún tesoro / muy dentro de mi entraña. / ¡Quién sabe si yo tengo / diamante en mi montaña / o tan sólo un pequeño pedazo de carbón! / Los árboles del bosque de mi isla / sois vosotros, mis versos.
Salen los niños alegres / de la escuela, / poniendo en el aire tibio / de abril canciones tiernas. / ¡Qué alegría tiene el hondo / silencio de la calleja! / Un silencio hecho pedazos / por risas de plata nueva.
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