May 15, 2016
Huyendo sin mirar atrás con Luis Leante
La víspera del Día del Libro, por aquello de huir de aglomeraciones innecesarias y gracias al descuento del que en la Librería General nos beneficiamos los profesores secundarinos, me hice con unos cuantos premios literarios a saber:
- Huye sin mirar atrás, de Luis Leante; Premio EDEBÉ de Literatura Juvenil 2016
- El aprendiz de brujo y Los Invisibles, de Jordi Sierra i Fabra; Premio EDEBÉ de Literatura Infantil 2016
- León Kamikaze, de Álvaro García Hernández; Premio de Literatura Juvenil Gran Angular 2016
- Los protectores, de Roberto Santiago; Premio de Literatura Infantil El Barco de Vapor 2016
- El viajero perdido, de César Mallorquí; sin premios que yo sepa.
Dos días después de acabarme Al morir don Quijote y por cambiar un poco de estilo, de temática y de época me puse ojos a la obra con Huye sin mirar atrás, de Luis Leante. ¿Por qué? No lo sé. No sé si fue por la portada, o porque al sacarlos de la bolsa de la compra este se quedó el más alto o porque tocaba. Pero fue un acierto.
Enrique, un quinceañero problemático, se ve envuelto en una aventura de película que cambiará su percepción del mundo que le rodea y la que tiene de sí mismo. Entretenida al máximo, absorbente, de las que te duele dejar el libro aparcado hasta el día siguiente, con unos personajes bien construidos, creíbles, con el toque de humor justo y con un poco de Teisa, no sería de extrañar que al público adolescente le gustara leerla. Creo que más de uno se sentiría identificado con alguno de los personajes.
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- Huye sin mirar atrás, de Luis Leante; Premio EDEBÉ de Literatura Juvenil 2016
- El aprendiz de brujo y Los Invisibles, de Jordi Sierra i Fabra; Premio EDEBÉ de Literatura Infantil 2016
- León Kamikaze, de Álvaro García Hernández; Premio de Literatura Juvenil Gran Angular 2016
- Los protectores, de Roberto Santiago; Premio de Literatura Infantil El Barco de Vapor 2016
- El viajero perdido, de César Mallorquí; sin premios que yo sepa.
Dos días después de acabarme Al morir don Quijote y por cambiar un poco de estilo, de temática y de época me puse ojos a la obra con Huye sin mirar atrás, de Luis Leante. ¿Por qué? No lo sé. No sé si fue por la portada, o porque al sacarlos de la bolsa de la compra este se quedó el más alto o porque tocaba. Pero fue un acierto.
Enrique, un quinceañero problemático, se ve envuelto en una aventura de película que cambiará su percepción del mundo que le rodea y la que tiene de sí mismo. Entretenida al máximo, absorbente, de las que te duele dejar el libro aparcado hasta el día siguiente, con unos personajes bien construidos, creíbles, con el toque de humor justo y con un poco de Teisa, no sería de extrañar que al público adolescente le gustara leerla. Creo que más de uno se sentiría identificado con alguno de los personajes.
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