Dice mi primo que salimos poco, que ya no es como antes, que antes quedábamos cada fin de semana y que ahora para vernos, tenemos que hacer milagros, o se casa alguien, o se muere o no hay manera.
Ni que tuviéramos quince años, muchas ganas que tengo yo de salir. Si te digo la verdad salgo contigo por compromiso y cuando no me queda otro remedio, cuando se me han acabado las excusas. Como ayer. Pero si sólo hacemos el gilipollas, ¿a ti te parece normal meternos en un fotomatón a gastarnos seis euros en hacernos cuatro fotos? ¿no teníamos nada mejor que hacer?
Mira qué pintas, como los que llevan el mantenimiento de estos aparatos se guarden una copia de cada uno que pasa por la cabina, con nosotros se van a estar divirtiendo un par de meses. Pronto saldremos hasta en internet. Y tú, venga, vamos a hacernos cuatro más, que estas han salido movidas... Tú si que estás movido. Eso sí, yo también me metí en el papel, no es todo mérito tuyo, pero ya sabes como soy, no me gusta que hagas el inútil solo. Solidaridad creo que le dicen.
En la tercera no tienes perdón de dios, más vale que no tengas hijos nunca, y si los tienes, que no encuentren esto en algún cajón.
Y para el próximo día, ya me estoy temiendo lo peor. Lo de ir al bingo y cantar línea cuando han sacado dos bolas ahora no me hace ninguna gracia. A ver si me invento una buena excusa, y te forras tú solo, que además a mi los bingos nunca me han gustado, siempre llenos de viejas y con ese olor mezcla de lejía y ambientador.
Lástima que no sepas que tengo un blog, porque me resultaría mucho más fácil que te enteraras de lo que pienso.

Mañana te llamo y te lo cuento.

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